miércoles, 11 de febrero de 2015

La importancia de la Escritura

Los capítulos del Corán se llaman "suras", y los "versículos", aleyas.
La primera cosa que Dios creó fue el Cálamo. Luego creó la tabla. Dijo al Cálamo: «¡Escribe!». El Cálamo dijo: «¿Qué he de escribir?». Dios le dijo: «¡Escribe todo cuanto te dicte!». 
Así el Cálamo escribió en la Tabla todo lo que Dios le dictó.

Aquí el profeta nos ha dicho que la primera creación de Dios fue el Cálamo; dice también que la primera cosa que Dios creó fue el Intelecto. De aquí que identifique el Cálamo Cósmico con lo que los cosmólogos llaman el «Primer Intelecto». Todas las criaturas están latentes e indiferenciadas en el conocimiento del Intelecto, al modo en que la tinta está presente en el Cálamo. Luego, Dios crea el Universo entero a través del Intelecto.

Debería quedar claro que el término «Cálamo» alude al lado yang de la primera creación espiritual, mientras que el término «Intelecto» alude al lado yin de esta misma realidad. Los cosmólogos musulmanes, como los chinos, nunca vieron algo como exclusivamente yang o exclusivamente yin. Cada cosa en el Cosmos tiene en sí ambas dimensiones yin y yang. Éstas pueden ser descubiertas mediante la investigación de las varias relaciones que cada cosa establece con otras cosas. Así, por ejemplo, el Primer Intelecto es llamado con el nombre «Intelecto» porque, al menos parcialmente, tiene un lado receptivo y femenino en su naturaleza. Tiene una cara vuelta hacia Dios, a través de la cual Le contempla y toma constante repleción de Su luz. Por el contrario, esta misma realidad es llamada «Cálamo» a causa del lado activo y masculino de su naturaleza. Tiene una cara vuelta hacia el universo, al que trae a la existencia en el acto de escribir la Tabla

Sin la Tabla, dualidad alguna podría aparecer en la existencia espiritual, y sin dualidad, no habría universo físico, que depende de la multiplicidad. Al igual que el Cálamo es llamado el «Primer Intelecto», la Tabla es llamada «Alma Universal». Con relación a Dios el «Primer Intelecto» es receptivo, oscuro y yin, pero en relación con el «Alma Universal» es activo, luminoso y yang. Este principio tiene importantes repercusiones en la psicología, donde el espíritu y el alma en el ser humano se corresponden con el Primer Intelecto y el Alma Universal en el Cosmos.

El espíritu, que es el principio de la vida y de la conciencia, gobierna, controla y dirige al Cuerpo de la misma manera que el Cálamo gobierna, controla y dirige la Tabla.

El espíritu de todas y cada una de las cosas del Cosmos es traído a la existencia como una palabra única en la Tabla. Ambos, Cálamo y Tabla, yin y yang, lo creativo y lo receptivo, son necesarios para que las realidades espirituales de todas las cosas se conviertan en acto.
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Posiblemente la relación tan estrecha entre religión y política sea sólo una coincidencia, o tal vez no; el sentido de la religión es establecer un cierto modelo político, jurídico y social; un cierto "estilo de vida".
Lo cierto es que por religión, filosofía y política se vive, se muere y se mata.

Someterse a la voluntad de Dios; máximo objetivo del musulmán

Desde las culturas más remotas se admite la existencia de una Inteligencia Universal que implantó una Ley rígida e inapelable, que se cumple a rajatabla, pero no se le pide al humano que la haga cumplir. 

Esa Inteligencia Universal no es Dios. El concepto de Dios (además, masculino) fue introducido por los hebreos.

La creencia musulmana amalgama a la Inteligencia Cósmica antigua con la nueva creencia humanizada de un Dios.
Así, Dios es Orden, y el que impone el Orden, entonces lo que importa es la trascendencia de Dios, y por esa cualidad es denominado: Poderoso, Inaccesible, Grande, Majestuoso, Imponente, Creador, Orgulloso, Altísimo, Rey, Colérico, Vengador, Privador, Aniquilador y Perjudicador. La tradición llama a estos los «Nombres de la Majestad» o los «Nombres de la Severidad», los que hacen hincapié en la grandeza, poder, control y masculinidad.

Cuando Dios es visto en términos de similitud e inmanencia, es llamado con nombres como Hermoso, Cercano, Misericordioso, Compasivo, Amante, Gentil, Indulgente, Perdonador, Dador de Vida, Enriquecedor y Dador. Estos son conocidos como los «Nombres de la Belleza» o «Gentileza». 

Como dice Rumi, refiriéndose a las dos clases de Nombres por su Atributo dominante, «el Orden y el Caos se casaron y un mundo de Bien y de Mal nació de ambos» (Rumi, 1925-40, II, 2680, citado por Chittick en 1983, p. 101).

El Qorán dice que solamente los seres humanos entre todas las criaturas fueron creados con ambas manos de Dios (38:75). Esto se lee como una alusión al hecho de que, como dijo el Profeta, el hombre fue creado a imagen del propio Dios. De aquí que los seres humanos hayan de manifestar todos los nombres de Dios, tanto los del Orden como los del Caos. Por el contrario, los ángeles de la misericordia fueron creados solamente por la mano derecha de Dios, mientras que los demonios lo fueron solamente con Su izquierda. Excepto los seres humanos, todo lo demás representa una imagen imperfecta de la Realidad Divina, puesto que está dominado por una u otra mano. Solamente los humanos fueron creados mediante un perfecto balance y equilibrio de ambas clases de Atributos.

El Qorán afirma repetidamente que todas las cosas son signos de Dios, lo que equivale a decir que todo da noticia de la naturaleza y realidad de Dios. Como resultado, muchos pensadores musulmanes, los cosmólogos en particular, ven todo en el universo como un reflejo de los nombres y atributos divinos. 
En un famoso dicho el Profeta explica por qué Dios creó el universo: «Dios dice: Yo era un tesoro oculto y quise ser conocido. Así pues creé las criaturas para poder ser conocido». Así, el universo es el medio por el que el Tesoro Oculto es conocido por las criaturas. Dios viene a ser conocido a través del Universo, y puesto que no hay en el universo sino cosas creadas, son las mismas cosas creadas las que dan noticia del Tesoro Oculto. Los cosmólogos emplean el término zohur, o «manifestación», y taŷalli, o «auto-revelación», para explicar la relación entre el mundo y Dios. A través del cosmos, Dios se revela Él mismo a sus criaturas. Las mismas criaturas son la auto-manifestación de Dios.

El hecho de que la Realidad de Dios que se revela a través del Cosmos puede ser descrita por atributos opuestos y en conflicto se explica, desde el punto de vista musulmán, porque el Cosmos mismo puede ser visto como una vasta colección de opuestos. Las dos manos de Dios están ocupadas dando forma a todo lo que existe. De ahí que misericordia y cólera, severidad y gentileza, vivificación y mortificación, expansión y contracción, y todos los atributos contradictorios de Dios sean desplegados en la existencia. Una de las formas mediante la que percibimos esta constante interacción de los nombres es el cambio (haraka) y la transmutación (estehāla). Aquí Chuang Tzu diría: «La existencia de las cosas es como un caballo al galope. Con cada movimiento la existencia cambia, a cada instante se transforma.» (Chuang Tzu, 17. 6). Por su parte, los teólogos ash’aritas decían que nada permanece estable en la creación y que ningún fenómeno se mantiene constante en su lugar durante dos momentos sucesivos. Todas las cosas están en una constante necesidad de la repleción (ser llenados por completo) divina, puesto que ninguna existe por sí misma. Las cosas pueden existir solamente si Dios les da existencia. Si Dios dejara por un instante de dar existencia al universo, éste desaparecería. De aquí, que Dios re-cree el Cosmos en cada momento para prevenir su aniquilación.

El concepto de la re-creación continua del Cosmos se convirtió en fundamento esencial del pensamiento cosmológico islámico. Muchas autoridades interpretaron este cambio y transmutación constantes en términos del juego entre los diversos nombres divinos. Así pues, a cada instante, la misericordia y gentileza divinas crean todas las cosas del universo. En otras palabras, a cada instante Dios reafirma Su inmanencia y Su presencia en el Cosmos. Pero Dios también es trascendente e incomparable. Por ello, así como su misericordia crea, así también su cólera destruye. Su Realidad única y absoluta no puede consentir que otra realidad coexista con ella. A cada instante, la gentileza divina trae el mundo a la existencia, y a cada instante la severidad divina lo destruye. Cada momento sucesivo representa un nuevo universo, similar al universo precedente, pero también diferente de él. Cada nuevo universo representa una nueva auto-revelación de Dios, de acuerdo con el axioma cosmológico, «la auto-revelación de Dios nunca se repite a sí misma», puesto que Dios es infinito.


El Cosmos es un patrón, constantemente mudando y cambiando, de relaciones establecidas por los arquetipos de toda existencia que son los nombres divinos. Puesto que el universo es creado a través de la actividad de pares de atributos divinos, la dualidad puede ser percibida en todos los niveles. Por todas partes yin y yang trabajan juntos produciendo transmutación y cambio constantes. El Qorán cita a Dios diciendo: Y de todo Creamos parejas (51:49). O, también: Dios mismo creó las parejas, macho y hembra (53:45). Todas las cosas del universo están emparejadas con otras cosas. Algunas de las parejas mencionadas en el Qorán adquieren especial importancia como principios fundamentales de la creación. Estos incluyen el Cálamo y la Tabla, que son símbolos específica­mente islámicos, y el cielo y la tierra, con los que se encuentran profundos paralelos en la tradición china y en otras.


Flosofía del Orden (yang) y el Caos (yin)

La filosofía del Tao no es china sino antidiluvial, aunque los chinos sean sus principales adeptos.

La cosmología china describe el universo entero desde el punto de vista del yin y del yang, términos que pueden ser entendidos como el Caos y el Orden, tensión generadora de constante movimiento y cambio. La existencia significa un cambio armonioso sobre la base del Tao. Si la armonía entre el yin y el yang se perdiera, el universo dejaría de fluir y nada podría existir. 
Existen dos tendencias o posturas extremas: los que consideran que el mundo es esencialmente Caos, y los que entienden que lo principal es imponer el Orden. Hay, existen países donde el Orden rige, y países donde el Caos rige. 
Caos suele ser sinónimo de "libertad", y Orden de "autoritarismo" y hasta de 'tiranía'. Está bastante claro que lo correcto está en el delicado equilibrio dinámico, no en los extremos.
El Orden paraliza; el Caos dinamiza.



martes, 10 de febrero de 2015

Estamos desprovistos; lúcidos y desprovistos.
Tenemos que "idear" argumentos, y sustentarlos.
Nuestra lucidez nos ha permitido ver que hay en el mundo El Caos, sobre el que nos proponemos establecer "El Orden".

Muchas son los interrogantes que nos plantrea la lucidez, y hemos decidido que nos conviene prosternarnos, reconocer la superioridad de lo que se oculta, y obedecer. Pero para no obedecer a alguien 'imperfecto' y falible, habremos de obedecer al mayor y más poderoso poder que existe; el Poder Creador.